¿Recuerdas tu libro favorito de la infancia?
Seguro que han oído hablar alguna vez de una infancia sin libros. Ahora, muchos de nosotros, sobretodo los más jóvenes -los de la era digital- puede ser que no noten la importancia de ese concepto a lo largo del tiempo -quiero aclarar que me refiero a un pasado próximo- . La mía fue una infancia sin libros o casi sin ellos.
Durante el tiempo que duró mi tierna infancia, hasta media primaria más o menos, yo contaba con una nutrida colección de cuentos clásicos que empecé mucho antes de saber leer. No poseo ya ninguno de aquellos ejemplares. Se trataba de una encuadernación sencilla, sin lomo, a color por fuera y blanco y negro en su interior. Cada página estaba ilustrada con una escena que hacía referencia al texto, era por ello, que aun sin saber leer, podíamos mirar los cuentos una y otra vez, recreándonos en sus historias; otras veces era mi madre o mi padre quienes me leían el texto hasta que yo aprendí. Esos cuentos, en la portada acostumbraban a llevar algún detalle de esos que ahora llamaríamos tres de, Por poner un ejemplo para aquellos más jóvenes, en el caso de «La ratita presumida», en la portada podía verse a una rata muy acicalada que barría la puerta de su casita con una escoba con lazo en tres de. En el caso de «El gato con botas» el elemento tre de era un cascabel. Esos y muchos más, fueron leídos y mimados durante años, usados hasta que había que remendarlos por tanto uso. Eran otros tiempos, tiempos en los que mirábamos por las cosas…
Cuando mi infancia infancia se diluyó dando paso a la infancia media y consciente, o sea, cuando ya tenemos conciencia del bien y el mal, desparecieron los jueguetes en Reyes y aparecieron los libros: el primer año fue «Gina, que atrevida eres» de Ulla Scherenhoff y al año siguiente «Mujercitas» de Louse May Acott; el tercer año fue Quo Vadis de Henryk Sienkiewicz, éste fue el primero que yo elegí, pues conocía la historia: en el colegio mientras hacíamos manualidades, nos ponían un disco de vinilo grande donde escuchábamos los gritos de los cristianos en el Coliseo romano cuando eran despedazados por los leones, mientras, nosotras recortábamos plácidamente-ahora no estaría permitido…
Esos tres libros que acompañaron mi infancia, los leí una y otra vez y siguen físicamente en la librería de mamá, además de tener un lugar en mi corazón.

Mis libros de la infancia eran la saga de.los cinco
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Mis libros de la infancia eran las aventuras de ños cinco y las hermanas hollister
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Mi libro de la infancia fue «La bella y la bestia». Me lo regalaron el día de reyes. Lo leí muchas veces, las ilustraciones eran igual al de la película y recuerdo que me encantaba verlas e incluso intentaba dibujarlas. Aún lo tengo conmigo. Me trae buenos recuerdos.
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