¿Cuál es tu personaje histórico favorito?
Malquerida o temida, he aquí el dilema. Es una de mis favoritas, la reina Juana, y eso que no soy muy monárquica, ni muy de Castilla, de hecho no soy muy de nada ni de nadie.
Pero… la reina Juana I de Castilla, conocida como Juana la loca tiene su punto: Inteligente y culta donde las haya, más en su tiempo, donde las mayores virtudes de las mujeres oscilaban entre cantar y bordar. Si les soy sincera les diría que si Doña Juana no acabó con su cuerpo en el calor de la hoguera, era sencillamente porque era para pesadez estomacal de muchos, incluyendo entre esos muchos a su padre, el rey Fernando de Aragón, la reina de Castilla.
Supo cumplir como nadie sus labores que por nacimiento se le tenían encomendadas, más ella era alguien más que una figura en el tablero de ajedrez. Por nacimiento no era más que otra infanta pero los acontecimientos la condujeron a ser ella la reina. Juana era una mujer inteligente, que se enamoró -quizá por el pragmatismo innato de las castas monárquicas, talvez por la supuesta belleza de su esposo, el príncipe Felipe, apodado el hermoso, o a lo mejor por la explosión de las alocadas hormonas adolescentes- ese amor fue el principal causante de sus sufrimientos, de su conducta no apropiada para el momento y posición. Y es que en Juana primaba la persona, y por ello y porque mañana es su onomástica, hoy la elegí. Antes de continuar con San Juan y su magia, quiero recordar a dos Juanas cinematográficas, Aurora Bautista e Irene Escolar. Juanas ha habido muchas, pero ellas, como la reina, son mis favoritas.
Hoy es la noche más corta y más mágica del año, las hogueras se desharán todo lo malo y los seres mágicos nos protegerán llamados por nuestros conjuros. Comeremos coca, beberemos cava y tiraremos petardos, muchos petardos. Y a nuestras mascotas les tendremos que poner tapones en las orejas y una pastilla de Calmex. Y mañana calma, mucha calma, playa en silencio hasta bien entrada la mañana. Todos duermen.

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