Como mantra recurrente, debo decir que mis predilecciones resultan ser siempre relativas.  Hay momentos en los que mi único interés es leer las respuestas diarias de Jet, reflexionar sobre cómo, cada uno de nosotros responde a las cuestiones diarias, unas veces somos escuetos, otras sin embargo, nos enrollamos como persianas (oh! Esto de las persianas si ha sido objeto de mi interés últimamente, pues en X –anteriormente Twitter- he visto algunas piuladas, de personas de fuera que, explican sus impresiones al encontrarse con persianas en las casas.  La verdad es que he seguido bastantes hilos al respecto.
A parte de eso, tengo un poco de lado a los políticos porque a estas alturas de mi vida es un motivo de enfado, de desengaño, de malhumor, y ya hace tiempo que decidí que de disgustos, los justos.  Cuando los veo hablar, bueno, realmente leen, recuerdo a sus predecesores, fantásticos oradores que no se desdecían de manera elegante, como si el pueblo fuese una masa lerda y moldeable, como ahora. 
Otros intereses… los mundanos, prensa rosa, telebasura… no se hicieron para mí.  Llega un momento en la vida que uno, se interesa poco más que en llegar al día siguiente. 

Querido Jet, creo que tangencialmente he respondido a tu estímulo pero, quizá pretendías una respuesta más directa, más fácil. Pues ahí va: Me siento saturada con tanta oferta informativa, solo necesitaría más posibilidad de elegir sin que el teléfono, ese apéndice silencioso que nunca deja de espiar, me muestre información innecesaria, superflua y carente de interés.