Con la propuesta de hoy repetimos la idea de la relatividad del todo (escribo «del todo» en lugar del humilde «de las cosas» para impresionar😂

No soy persona de una sola bebida de la misma forma que elijo un vestido diferente según la ocasión. Cada ocasión, cada momento de nuestra vida, requiere un tratamiento consciente y personal y es por ello que de la misma forma que tengo mis imprescindibles en el armario también los tengo en el frigorífico o sobre la mesa.

Para mí día a día, fuera de ocasiones excepcionales y tanto en casa como en el trabajo no hay nada mejor que el agua mineral sin gas y a temperatura 🌡️ ambiente;

Para comenzar bien el día un café ☕ de cafetera italiana es primordial e irremplazable para despertar los sentidos. Vamos, que sin ese cafelito no soy persona y con más de uno, tampoco, tengo totalmente autoprohibido todo café fuera de las primeras horas del día. Si además del café tomo un zumito de naranja 🍊 recién exprimido, el día promete…

La Coca-Cola me encanta pero por razones evidenciadas con anterioridad, son pocas las ocasiones que sucumbo a su atracción.  Eso de sin cafeína no funciona conmigo.  Entonces entra en juego la Voll, esa doble malta que de alguna forma, se ha convertido en el idilio más largo de vida y que a pesar de los fuertes lazos que nos unen, le estoy empezando a hacer el salto con una más joven, la tostada sin, la llaman.  Cosas de la edad …y del colesterol 🩸

Y bueno, para terminar hablaré de la bebida reina el los yo pongos, esas maravillosas (mágicas, clandestinas) jornadas gastronómicas entre amigos dentro del equipo de trabajo, donde traemos toda serie de platillos sabrosísimos y los regamos con un buen cava brut.🥂