Buenos días familia de WordPress, Jetpack y otros agregadores y desarrolladores. Quiero comenzar el día de hoy disculpándome de mi tardía y escueta respuesta del día de ayer. Parecía de las que doy habitualmente en mi día a día oxigenado, escueta y sobretodo, carente de creatividad. Dicho esto, entremos en harina como dice el maestro Antonio Cruz.

Comencemos por el objetivo del consejo pues el consejero debe tener muy claro cual es el objetivo del consejo. Suele ser muy eficaz aconsejar justo lo contrario de lo que se pretende, sobretodo si el progenitor ocupa el lugar del consejero. Si me hubiesen aplicado la ley de la contrariedad habría sido seguramente un símil de santo en mi adolescencia, pero, gracias que no lo hicieron, pues hubiera sido muy aburrido, en plan encefalograma plano, carente de vida.

Supongo que al ser yo, indivíduo de metabolismo lento, algo tuvo que ver esto en la tardía asimilación de aquellos consejos que recibí, pues es ahora, cuando la vida ya puso a funcionar el cronómetro de entrada en meta, cuando aquellos consejos adolescentes vinieron a primer plano y tuve tiempo de pensar la practicidad de los mismos. Yo me hubiera dado carrete y me hubiera controlado desde la lejanía, como un ave rapaz desde lo alto de la colina, me hubiera dejado libre de escoger y pendiente de recogerme justo antes de empotrarme contra el muro, hubiera manejado mis hilos sin que yo fuese consciente de ello y, lo hubiera hecho hasta el momento en que yo, fuera ese águila expectante, que controla todo aquello que se mueve bajo el cielo.