¿Cuál es la prenda o el accesorio más antiguo que llevas hoy?
Durante casi veinte años colgó de mi cuello un cristo de Dalí de plata hasta que un día, al salir de la piscina, descubrí que no lo llevaba.
Aquel hecho significó para mi el final de una época de mi vida que a pesar de llevar casi cuarenta años terminada, la brecha sigue abierta, igual que el disgusto que me causó la pérdida de aquella joya. Quizá muchos no le vean la importancia pues a fin de cuentas, no era más que un colgante de plata, pero debo contarles, aquí en petit comité, que era un prototipo de los muchos que luego se vendieron.
A parte de eso, que no es poco, su posesión significó un antes y un después en mi historia de vida, algo como un alfa y un omega.
No sé si pasa mucho o poco a las personas, no he estudiado mucho acerca de ello pero, no les ocurre a ustedes que en su vida tienen muchas vidas? No hablo de personas ni de etapas vitales, sino de aquella persona que somos o dejamos de ser aunque seamos la misma persona.
Yo siento que aquella Mechas del periodo Dalí, fue la más Mechas, pero no por ello doy descrédito a la Mechas de ahora, esa que suma años y experiencia, no es ni más ni más ni menos; no es ni mejor ni peor; tampoco es diferente.
Creo firmemente que si aquella Mechas exultante no hubiera existido, hoy no sería la que soy. Para ejemplarizarlo, quizá sería conveniente recurrir a la barrica de roble que contiene el vino tinto y como con el tiempo, ese caldo va adquiriendo los matices de la madera, el color con el tiempo y otras características más que como poco entendida, no les puedo contar.
Para terminar les diré que la brecha, con vino no cierra.
😘

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