Empecé a sentir a Babel como un camino inexpugnable y obligado hacia el entendimiento. Nada más recordarla, venía a la mente la obligación de lucha, de subida, de ascensión sublime hacia la total conexión. El idioma no era el impedimento, siempre existieron y seguirán existiendo los lenguajes comunes para todos los sapiens, sus ancestros y descendientes. Babel es la condición simple en la lucha por el entendimiento, nada más. Quizá sería más acertado decir nada más y nada menos, dando más anchura al canal de pensamiento pero también abriendo nuevas rutas para las dudas.
Babel es algo más que una torre mítica y una película de Brad Pitt, la palabra Babel deriva del verbo baibál que en hebreo, quiere decir, confundir. Una curiosidad que llama la atención sobre Babel es el número de alturas en su construccion: Siete. Para Pitágoras era simplemente el número perfecto; para muchos es considerado un número mágico, puente entre la tierra y el cielo; desde otros puntos de vista se considera un número desafortunado aunque, curiosamente es unas de las terminaciones más agraciadas en la lotería de navidad; es el día del descanso y también el número de pecados capitales: La soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza , quien no recuerda Seven -hoy Brad Pitt está que se sale-.
Cuando hacemos locución a hablar el mismo idioma, sabemos, perfectamente, que hablar el mismo idioma no es siempre hablar la misma lengua. Babel es el reto, el Everest, el entendimiento.

Hablame que te escucho, hoy os dejo con los Gipsy King
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