De qué están llenos los días vacíos? De qué? De qué?
Tras un desenlace fatal, de repente entramos en un sentimiento de auténtica nada, de esa nada cotidiana que está siempre ♾️ ahí pero que pasa desapercibida. La vida parece distraernos, anular una realidad vacía que está ahí y de la que no somos conscientes .
Llenamos nuestra vida con trabajo, con viajes, con amigos -compañeros de farra- de esos que te acompañan cuando todo parece que está bien. Todo queda reducido a una especie de conducta mecánica que rellena nuestra nada.
Cuando todo eso no está y algo nos preocupa, nos asusta, qué? La mayoría no nos entrenamos para la nada. Todos hemos escuchado aquello de que se nos cae la casa encima y , seguramente, no serán todos los que han aplicado esa situación a algo más allá de casa. Y es que la casa no se le cae a nadie encima a no ser que esté en riesgo de derrumbe. Lo que se nos cae encima es el peso de nuestra propia vida, de nuestras decisiones, de nuestras emociones, de nuestros sueños… Cuando se pierde, cuando no son placenteras, cuando se rompen …
La misma vida se rompe o quizá viene rota. La vida es una actividad de construcción continua, no admite paros ni vacaciones sin la posibilidad de perder el equilibrio.

Debe estar conectado para enviar un comentario.