Siendo fiel a lo que soy no puedo aunque tampoco debiera, dejar de escribir en este momento.
Son muchas las historias inacabadas las que habitan mis discos duros esperando un día, poder salir de su letargo virtual y poder darse a conocer, y claro es, conocer el mundo, ese mundo que muchos califican de hostil y al que otros, sin embargo, ven como un paraíso inalcanzable.
Es más que lógico y creo sobra la explicación, aunque la voy a dar, porque sino explico pues mejor no escribo, ¿para qué escribo sino para explicar cosas? Habrá que aclarar, porque todo el mundo no entiende de todo, y lo que alguien le parece lo más normal otro quizás lo ve como algo excepcional.
Hoy es día grande y las calles disfrutan de la alegría de los vecinos. Mas eso no quiere decir que todos los vecinos esten alegres, tampoco que todos aquellos que están en la calle lo estén y por supuesto, que todos los que se quedaron en sus casas no lo estén, porque a lo mejor, muchos de los que optaron por la intimidad de su casa, la están gozando mucho más que aquellos que pululan por las calles, que también seguro que disfrutan, pero, eso sí, con muchos más espectadores.