Ha tenido que volver a recordarme, en una noche como está, a caballo entre lo mágico y lo onírico, que un día, en una 🌉 noche como hoy, tras un disfraz puede ser yo por unas horas y disfrutar de aquello que esa vida cruel y desgajada que me tocó en la rifa de las vidas me negó una vez y para siempre.

Hemos retomado el bello arte de la escritura, hemos vuelto a los cuadernos de hojas amarillentas y el bolígrafo azul en las noches de invierno. Hemos comenzado una nueva historia y esperamos no sucumbir en el intento como otras tantas veces ya ha ocurrido.

Somos escritores vagos y algo recurrentes, cansados y con cierto miedo a un puesta en escena, a más de lo mismo habiendo tanto diferente, creo que ahora sí, intentaremos reescribir aquello que está escrito, y si antes escribimos para sobrevivir, ahora con más fuerza, escribiremos para seguir viviendo.