No es falta de gana, no es pereza, es solo tener la certeza de que toda la lucha ha sido en vano. Un sentimiento de culpa conscientemente equivocado embriaga aquello que queda de mi existencia.  A pesar de todo, seguiré ahí, sin tener un uso específico pero derecha, al pie del cañón, soportando la indiferencia, -después de todo llevo tanto tiempo haciéndolo que no sabría vivir sin practicar ese deporte contigo- y si tu me fallas, moriré bajo los efectos del hastío, caeré tal como hoja otoñal en una acera, marchita, sin fuerza, olvidando ese antes y ese después, ese que irrumpió en algo que parecía ser mi vida, para recordarme únicamente, que llevaba muchos años, sino muerta, vegetando.