Dice el refrán que en martes, ni te cases ni te embarques, ni te separes ni te marees, ni pienses ni siembres, y así, siempre.
Siempre, tan solo siete letras para un significado tan extenso, tan eterno, tan falto para muchos de auténtico significado… Hoy las palabras parecen haber perdido su significado. No quisiera pensar que no es así y que en realidad lo que ocurre es que el significado ha perdido importancia.
Sería el principio del fin. Y hoy martes, darse cuenta de ésto sería como formar parte de un destino incierto, de un futuro lejos de convertirse en tal, de ser venidero en algún momento.
Sería como acabar con la continuidad del ahora, con la esperanza en si misma, con la sal de la vida.