Todavía no es tiempo pero quizá ese tiempo no vuelva, talvez ni siquiera exista, estamos tan limitados… tan infinitamente condicionados que no somos ni tan siquiera capaces de ver nuestra acotación. ¿qué nos tiene que pasar para que reaccionemos, para que estemos aquí y ahora?
Quizá no hablo yo sino el dolor que vive en mi inundando mi propia vida en un lodo vacío donde no hay nada, donde no se ve, ni se oye, ni se huele. Un estado, que no un lugar, porque tampoco el aquí, al igual que el ahora tampoco existe, un estado, como digo de dolor fijo e intenso que nace en lo más hondo de mi ser y que invade todas mis vísceras, un sufrimiento por encima de lo físico que lo invade todo anulando cualquier posibilidad de racionalidad, de vida.