Normalmente compro un cuponcito de la ONCE aunque sé que es difícil llegar a ser agraciada con un premio. Al comprarlo pienso que más que una oportunidad de obtener un premio que airee mi estrecha economía, creo que adquiero una ilusión, la de soñar con ese ansiado premio y lo que llegado el momento haría con él.
Comprar un cupón es adquirir el derecho a soñar durante unas horas, hasta que sobre las nueve de la noche uno descubre que su número no ha sido agraciado y aterriza de nuevo en la dura realidad.
Hoy por fin, después de un gran esfuerzo, he conseguido terminar la primera novela de una trilogía que vengo preparando desde hace muchos años. Ya les he hablado muchas veces de ella pero hoy, es para decirles que en formato de novela corta he enviado la primera a participar en una promoción.
Sé que es difícil, somos muchos y algunos muy buenos, pero hoy he conseguido sobrepasar un hito que hace ya muchos años comencé y que no me sentía con la capacidad de componerlo. Justo ahora, en estos momentos en los que todo me cuesta tanto, lo he conseguido. Va por ti.