Cuando la inseguridad es mayúscula, antes de desertar y acabar rompiendo el hilo, unos se aferran a cualquier cosa que le de continuidad dentro de su ciclo, los desertores, muchas veces, pese a ser tachados de cobardes, son los que tienen la valentía de quitarse la vida y también el egoísmo de privar de su presencia a todos aquellos que forman parte de su entorno, sin importarles, si alguno los echara de menos; Es tal el desasosiego que se pierden las fuerzas para seguir viviendo, sobre todo cuando no se ve mas allá de uno mismo.
Mis relatos surgieron de todas aquellas veces en las que se huye sin cortar el hilo, de la esperanza que se guardo en silencio, de la vida que continua bajo mínimos puramente fisiológicos, privada de sentimientos, sencillamente para no ser abandonado o engañado, eligiendo no sentir, esconderse bajo una carcasa de aparente normalidad, fingiendo que no pasa nada, y ahogando todo esbozo de emoción en algún suicidio lento y doloroso, mientras a solas, uno se recrea en sus propias creaciones, donde ninguna conducta pasa inadvertida, donde creemos con ello, tener el control de nuestra existencia, de esa existencia que no es mas que un cumulo de funciones rutinarias, como si de una rudimentaria maquina se tratase.
Mis relatos surgieron de todas aquellas veces en las que se huye sin cortar el hilo, de la esperanza que se guardo en silencio, de la vida que continua bajo mínimos puramente fisiológicos, privada de sentimientos, sencillamente para no ser abandonado o engañado, eligiendo no sentir, esconderse bajo una carcasa de aparente normalidad, fingiendo que no pasa nada, y ahogando todo esbozo de emoción en algún suicidio lento y doloroso, mientras a solas, uno se recrea en sus propias creaciones, donde ninguna conducta pasa inadvertida, donde creemos con ello, tener el control de nuestra existencia, de esa existencia que no es mas que un cumulo de funciones rutinarias, como si de una rudimentaria maquina se tratase.