Roser

Hoy Marina necesita de mi ayuda, la vida le ha dedo uno de esos golpes que no nos gusta recibir, y lo peor de todo es que no sé que decirle.  La muerte tiene siempre la habilidad de dejarme sin palabras.
Su mail dice así:
"Hoy he tenido que hacer una de esas visitas que no suelen gustarme.
Murió Roser.
Solo tenía 30 años.  Recuerdo perfectamente cuando nació.  Yo tenía 15 y ella llegó como tercera niña al piso de abajo.
A sus hermanas mayores, en mis tiempos de estudiante, le dí clases de
repaso:  Ester y Mónica, muy diferentes pero auténticas las dos.  A
ella, quiza por esa diferencia de edad y porque cuando empezó a crecer
yo ya no vivía en el piso de arriba, la traté menos.  Pero no por
tratarla menos, la quise menos ni dejé de interesarme por ella, por su
desarrollo, por sus logros, últimamente, por su quebrada salud.
Perdóname Dios, aunque no puedo dudar de tu existencia, aveces me lo pones muy difícil.
¿Con qué cara te presentas delante de una madre a decirle que lo sientes?
Y más, cuando llegas y los ves como sobrellevan de manera estoica la prueba que la vida les acaba de enviar.
Y además, sabes perfectamente que una madre nunca acepta la muerte de
un hijo.  Es algo contranatura.  ¿Que puedes decir al ver a sus
familiares?
Sabes
que ha dejado de sufrir, pero ha sido tan valiente, tan buena, tan
buena hija, que no ha  querido, en toda su enfermedad, dar muestra de
su dolor en ningún momento.
Vuelvo a hacerme la pregunta ¿Con qué cara te presentas delante de una madre a decirle que lo sientes?.
Si
lo que tu lo sientas no es nada comparado con lo que ellos estan
sintiendo, por muy asertiva que seas, no puedes ser hipócrita y decir
que te pones en su lugar, porque nadie quiere estar en su lugar, nadie
quiere que le pase.
Cuando uno abandona el tanatorio, se va con el convencimiento, para
sentirse un poquito bien, de que no se puede hacer nada, y que has
hecho lo que podías hacer, acto de presencia, nada más.
Ya se ha vendido todo, todo lo que había.
Y lo más triste, es que lo más duro para todos ellos, después de todo lo que han pasado, porque han pasado, esta por venir.
Allá
donde te hayas ido, enviales una poquita de esa fortaleza tuya a los
tuyos, a t í no te ha servido para quedarte, pero quizas a ellos les
ayude a acostumbrarse a vivir con ese hueco que tu ausencia les ha
dejado, porque no es más que eso, acostumbrarse a vivir con la
ausencia, porque ese lugar que tu dejas no lo va ha llenar nadie, ni se
va a cerrar, siempre va a estar ahí, tu lo sabías y por eso te
aferraste tanto, y quiza por esos, todos podemos aprender de tí, que
pese a tu juventud, has llevado todo esto como una gran mujer.
Adios Roser
Marina MErcader"
Y yo voy a cerrar con un silencio esta reflexión que no ha sido mia, sino de Marina, porque no quiero dudar lo que es evidente, y no quiero transmitir la rabia que en estos momentos me inunda.
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Acerca de Mechas Poval

Lamari Poval, Escritora salouense nacida en Barcelona. Multifacética en aficiones y destrezas, bloguera desde el año 2006. Aunque el oficio con el cual uno llena su despensa no sea el de escribir, si uno se levanta por la mañana pensando en escribir y es feliz cuando escribe, es escritor. Actualmente expone sus creaciones en "El racó de Mechas", de Mechas Poval y "Con un par" de Lamari Pujol. Publicaciones: UN RELATO PARA OSCAR, 2012, ed. Puntorojo MI HERMANO KEVIN,2013,ed.Vivelibro CUANDO LA MARACA SUENA,2014,ed,Amazon kindle CRÍMENES DE ASFALTO, TIERRA Y MAR, 2019, ed Vivelibro
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