BUSCANDO EL CENTRO DE GRAVEDAD PERMANENTE

En mi andadura como bloguera, en la faceta de lectora, una de las cosa más bonitas y representativas que leí en lo referente a un blog personal, decía más o menos así: «Le digo al viento lo que no te digo a ti»
Para mi esa frase constituye toda una terapia en el análisis del hecho de estar aquí y de hacerlo con un alter ego, que no por no ser el nombre de uso, no es menos yo, ni menos sincero, ni más irreal.
Después de todo, todos tenemos cosas que contar y también muchas que callamos o porqué callarnos, y como se dijo en el evangelio, «el que esté libre de pecado que tire la primera piedra».
Esto viene a recordarme que no todos conocen la Biblia, y yo, a modo de explicación totalmente agnóstica, que considero el libro como un relato a modo de la mitología griega, pero del pueblo hebreo, como una explicación a todo aquello que sucedía y no tenía explicación a su alcance, unas veces, y otras, como diario de una odisea, en este caso, la diáspora del pueblo judío.
Puedo prometer que hoy precisamente no quería hablar de todo esto, pero ha venido así.
No quiero, no debo ni sé hablar de fe, ni tampoco de banderas, criterios ambos creados para unir a los hombres y que acabaron separandolos.
Aunque visto así, si podría ser el tema, o por lo menos, la idea para lanzar una serie de preguntas, cuestiones de esas que muchos nos hacemos a diario, que otros, a lo mejor, no se han planteado en su vida.
Uno echa un vistazo a la sociedad, y se encuentra con una amalgama de sociedades distintas por diferentes aspectos: políticos, religiosos, culturales, étnicos, económicos… y piensa en la fulana palabra esa, esa que está tan de moda, «tolerancia» y no entiende, no sabe, como cuadrarla. Es peor que impartir la ley, que como decimos muchos de nosotros, «nunca llueve al gusto de todos». ¿Existe alguien con sabiduría o potestad para cuadrar todo esto? Aunque no lo parezca, soy capaz de dar una respuesta: No. Y lo demás son espejismos. Seamos realistas. Tengamos ideas propias. Dejemos de ser borregos a ritmo de la canción del verano.
Aquellos que se sientan líderes con ides propias, no hombres de paja de esos que se llevan ahora como representantes, que lo sean, y el resto, si nos sentimos identificados, bien, y si no, pues a otro lado. Pero sin dramatismos, que nuestro entorno ya lo es bastante. Y si se carece de la fuerza dentro de uno, se buscan apoyos, como en la guerra, pero no al tuntún, con cabeza, que para eso la tenemos.
Y al final de tanta duda, el recuerdo de mi padre me invade y solo deseo, que él, allá donde se encuentre, se sienta orgulloso de mi. Me reconforta la idea. El solo quería que fuese una buena persona, y en lo básico, le hago caso, sigo sus consejos e indicaciones, aunque desgraciadamente, empecé tarde.

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Acerca de Mechas Poval

Lamari Poval, Escritora salouense nacida en Barcelona. Multifacética en aficiones y destrezas, bloguera desde el año 2006. Aunque el oficio con el cual uno llena su despensa no sea el de escribir, si uno se levanta por la mañana pensando en escribir y es feliz cuando escribe, es escritor. Actualmente expone sus creaciones en "El racó de Mechas", de Mechas Poval y "Con un par" de Lamari Pujol. Publicaciones: UN RELATO PARA OSCAR, 2012, ed. Puntorojo MI HERMANO KEVIN,2013,ed.Vivelibro CUANDO LA MARACA SUENA,2014,ed,Amazon kindle CRÍMENES DE ASFALTO, TIERRA Y MAR, 2019, ed Vivelibro
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Una respuesta a BUSCANDO EL CENTRO DE GRAVEDAD PERMANENTE

  1. Mauricio Pereira dijo:

    Magistral, como siempre.

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