CIFRAS, INTRO Y 4

06041947

Posiblemente, si en algún momento, aquello etéreo que conocemos, adquiriese forma humana, sería la suya. Y es que ya lo conoció así, de vuelta de todo, como si esa característica la hubiese llevado impresa de fábrica. Y es que ella era muy chica, y él grande y con mucho camino andado, y el camino andado era sonado, cuestionado, transgrediendo a la vida misma desde el momento en el que alcanzó la cuna. Y es que la cuna no existió, tuvo que compartir lecho con la santa que lo parió, una fría mañana de primavera, en un lugar con tres mentiras, fruto de un amor que no existió, y que antes de nacer, lo dejó exento de padre, hecho que, sin darse cuenta, marcó desde ahí, desde el mismo instante en que vio la luz y para toda su vida. Todo muy duro desde el principio, con muy poquitos años tuvo que compartir, sin entender, lo único que tenía, el amor a su madre, y que arrebatado éste, se responsabilizó de la herencia deudora: padre ajeno y hermanos propios hasta que, pasado un tiempo y entender muy bien como, se vio viviendo de prestado en casa ajena, hasta que un día tuvo la suya y de nuevo, recuperó toda su herencia. Y viviendo de prestado fue feliz, pero la vida le quitó esa felicidad. Y él, buscavidas donde los haya, siguió en pro de ello, de vivir, de la manera más sencilla, aunque aveces fuera caro el precio a permutar. Y así, con esta idea algo básica, incluso algo bárbara, inacertada, buscó su propia vida, y la hizo suya, y creo su casa, y echó raíces, y el pago a todo aquello empezaba a hacerse pesado, y empezó a crecer fuera del tiesto, y se asentó en el jardín, y el edén empezó a gustarle, y su vida se extendió sobremedida, y el egoísmo de manera mal entendido se hizo el dueño de su vida, y se sintió, dentro de su humildad, grande, y vio como aquellos que lo conocían, así lo consideraban y se lo hacían sentir, y ya no podía con todo aquello, ya no era el dueño de su vida, la propia felicidad lo asfixiaba, sentía no merecerla, y el castigo lo sintió cerca, inminente, y volvió a su maceta, con sus florecillas maltratadas, orgullosas y rencorosas, y nunca vivió más infeliz pese a los propósitos de intentar rozar la felicidad, aunque fuese por momentos…

Y un día, la vida provocó un reencuentro con un pasado que el no recordaba, no relacionaba, y este reencuentro lo envolvió, y el no se dio cuenta de ello, y empezó a jugar, y el juego fue claro y acotado desde el principio, y se sintió nuevo, y se sintió niño, y sintió su derecho, su deseo, su necesidad de jugar, y no vio el riesgo, y estaba, se sentía tan por encima, tan de ida y vuelta de todo, que se creyó invulnerable, y era duro, muy duro, y jugaba con la vida, la ponía al límite de él mismo, y no se dio cuenta que la vida era más, que llegado el momento, podría ganarle el pulso, y se lo ganó, y le hizo vomitar todo lo pasado, como una mala melopea, sin preaviso, a traición, rompiendo los esquemas establecidos, abriendo su corazón en canal, y allí estaba ella, viéndolo sangrar inconsciente de lo que ocurría, siguiendo sintiéndose el rey, aunque ya no era el dueño de si mismo, se había perdido a si mismo, y ella lo utilizaba a su capricho, lo hacía añicos dentro de un sentir tan grande que le impedía darse cuenta que ya no se pertenecía, que la dueña era otra, aquella que no sabía que lo había reencontrado, que lo había hecho suyo para siempre y que en su ausencia, en la de ambos de si mismos, no volvería a existir después de ellos, pero que a pesar de su inexistencia, no era más que una demostración, de que había valido la pena, aunque algún día desapareciera y el retomase aquella maceta que un día dejó, por no quedarse solo por fuera, a la vista del mundo y aunque en realidad, quedase arraigado al maravilloso vergel que supuso aquel reencuentro fantasma por el que de manera inconsciente, a modo de juego, defendió y que en sus fueros más internos lo acompañará siempre. Y es que si no, ¿para qué vivir? ¿qué significado tendría decir «te quiero»?, No, «te quiero» no, «te quiero para mi» es la frase.

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Acerca de Mechas Poval

Lamari Poval, Escritora salouense nacida en Barcelona. Multifacética en aficiones y destrezas, bloguera desde el año 2006. Aunque el oficio con el cual uno llena su despensa no sea el de escribir, si uno se levanta por la mañana pensando en escribir y es feliz cuando escribe, es escritor. Actualmente expone sus creaciones en "El racó de Mechas", de Mechas Poval y "Con un par" de Lamari Pujol. Publicaciones: UN RELATO PARA OSCAR, 2012, ed. Puntorojo MI HERMANO KEVIN,2013,ed.Vivelibro CUANDO LA MARACA SUENA,2014,ed,Amazon kindle CRÍMENES DE ASFALTO, TIERRA Y MAR, 2019, ed Vivelibro
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