El amor si es que existe, empieza en uno mismo, por amarse a uno mismo. No se puede buscar en nadie, no se puede encontrar en nadie, no se puede dar algo que uno no posee, no conoce, no tiene. No puede tampoco darse al amor, el trato de una piedra preciosa: ni se encuentra en un lugar físico ni hay precio con el que pagarlo. Y pese a la complejidad, hay que tenerlo muy claro. Hay quienes parten de la afirmación de que es el amor el que mueve el mundo aunque no explican en ningún momento una definición ni tan siquiera aproximada del concepto en cuestión. Muy frío… concepto… Es que en esta vida hay de todo, y un todo puede contener formas muy diferentes de un mismo ente. Lo que para unos es tan grande que lo envuelve todo, para otros no deja de ser un simple concepto, una acepción más dentro un conjunto de vocablos, una palabra más en el diccionario, solamente eso.
Empezamos de nuevo: Si el amor existe, y está dentro de uno mismo, el primer paso será darlo, para que fluya, para que otros lo puedan recibir. ¿De que sirve tenerlo guardado, dejarlo que crezca en uno, si no se le deja respirar, conocer, acariciar, vivir…?
Si ha quedado claro podemos continuar: Hay que tener muy claro que la práctica es la base en la aplicación y aprendizaje de una conducta. ¿Cómo puede uno saber como es algo que no conoce, que no ha sentido? ¿Con que razón puede éste esperar una cosecha de algo que no sembró y cuya fruto desconoce?
No vale acomodarse de manera confortable en la doctrina de moda o al uso. Tampoco sirve de nada acoplarse en doctrinas que ni tan siquiera son útiles por asentadas que se encuentren.
Aprovechemos la época convulsa que compartimos de manera constructiva. Empleemos todos los medios para ensanchar nuestro conocimiento, apliquemos de manera práctica y juiciosa toda la experiencia acumulada en nuestra vida. No juzguemos y prejuzguemos a la ligera ni tan siquiera aquello que nos parece evidente, que se nos presenta claro. No quiero manifestar en ningún momento, que debamos convertirnos en personas dubitativas, tan solo que consideremos y valoremos desde el respeto todo aquello que la vida pone ante nosotros. Ese procedimiento, sin llegar a valorar o elegir, ya nos enriquecerá y nos mejorará. Llegaremos al momento de la elección con una actitud renovada. Eso ya nos tendrá llenos, satisfechos, con actitud positiva, sin complejos ni otras características que no acostumbran más que a envilecer el alma humana, dando vía libre a todo aquello que pese a vivir en nosotros, nos envilece y nos hace ruines, dejando paso a conductas irracionales, egoístas, antisociales e incluso, irreales, fuera de los márgenes de la convivencia.
Si ha quedado claro, el próximo día, miramos de hablar del amor…

RAYOS EXTRAÑOS, HUELLAS EN LA ARENA, LA FOTO TESTIGO DE SU EXISTENCIA ¿HAS FOTOGRAFIADO ALGUNA VEZ AL AMOR? SEGURAMENTE NO TE HAS DADO CUENTA DE QUE SE ENCUENTRA EN ESTA FOTO…
el amor es algo que se nos extravía de la razón
Gracias Carlos,
Creo que tu afirmación es un buen comienzo, incluso un título, para la segunda reflexión sobre la existencia…
Un saludo
Pingback: SOBRE LA EXISTENCIA DEL AMOR, SEGUNDA PARTE | El racó de Mechas
Pingback: SOBRE LA EXISTENCIA DEL AMOR, CUARTA PARTE… | El racó de Mechas