En estos días en que el dolor se ha hecho fuerte en el cuerpo, no solamente ha conseguido doblegar a esa parte de la persona que se ve sino a la más profunda, a aquella que late oculta en algún punto desconocido para el mundo.
La voluntad se está viendo fuertemente atacada por todo este sufrimiento físico, la medicación está provocando unos efectos devastadores, está removiendo los depósitos cerebrales y está alterando ese orden autoestablecido que tanto cuesta mantener.
En éstos días la debilidad se ha hecho dueña y señora del ser. Si, aunque resulte contradictorio, incongruente, pueden comprobar que tras el desasosiego de estas palabras se esconde un alma que sufre superando el daño físico que puedo asegurar no es poco.
Tanto que está minando el empuje, está haciendo flaquear las fuerzas, está matando poco a poco un cuerpo maltrecho y debilitado por los dolores y los remedios.
Y ahora, tras los lamentos, sale a la superficie ese poco gesto cómico que todavía trasiega en las profundidades del ego y dice: “En ocasiones es peor el remedio que la enfermedad”
Y se queda tan pancho.
Muy buen post. Efectivo y altamente rico en sentidos e imágenes,
Aquileana 😉
Congratulada me siento con tus halagos, Aquileana,
Salu2
Mechas