Me quedé anclada en tu sonrisa
esa misma que un día
me embelesó
me quedé tan atrapada en ella
que cuando estuviste triste
allí no estaba yo
Me quedé anclada en tu sonrisa
esa misma que un día
me embelesó
me quedé tan atrapada en ella
que cuando estuviste triste
allí no estaba yo
Mi rincon del cuadrilatero
Uno no ve un átomo y no por ello duda de su existencia. Creer en aquello que uno puede percibir con los cinco sentidos en relativamente fácil. Si limitamos a cinco nuestros canales de relación, desaprovechamos tanto nuestros recursos...
Los propios dioses
“Me encanta hablar de nada, es de lo único de lo que sé algo” Oscar Wilde.
TRAVESIA DEL CABALLERO SIN MESA REDONDA