
¿Volveran los mercados medievales
en las calles sus paradas a plantar
y otra vez con sus colores
nuestra atención llamarán?
¿Volveremos en las noches de verano
bajo la luz de una luna grande pasear
entre las gentes que curiosas
se arreplegan a mirar?
Volveran las barritas de incienso
nuestros sentidos embriagar
o quizá las antiguas tahonas
con sus panes nos deleitaran?
¿Veremos otra vez a la bruja
sus arcanos en el tapiz lanzar
y hablarnos de un lindo futuro
que no tardará en llegar?
¿Disfrutaremos de la magia
de cálidas noches junto al mar
mientras que junto al puerto
vemos las barcas zarpar?
Pasearemos de nuevo
guardando la distancia social
pero abandonados a la magia
del momento… nunca más
«Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros
nombres….
ésas… ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.
Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día….
ésas… ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar,
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido…, desengáñate,
así… ¡no te querrán!»
Gustavo Adolfo Bécquer