Después de casi tres meses me encuentro con tiempo y ánimos para retomar mi querido blog. Durante este periodo he terminado de leer «Conversaciones en la Catedral» de Mario Vargas Llosa, lo cierto es que me ha costado terminarlo, se me hacía largo con tanto costumbrismo y tanta falsa moral, que no vino más que recordarme que la vida, por mucho que algunos se empeñen en decir que ha cambiado, siempre es la misma. Quizá se me hizo largo por su forma de expresarse, como si en lugar de escribir estuviese hablando sin parar, talvez la culpa la tuvo Lituma en los Andes, que justo la había leído antes y había dejado el listón muy alto…
Al concluir su lectura entendí que debía optar por una lectura menos densa y opté por uno de los kindle de la biblioteca pendientes de leer, esos que llevo en el móbil y que amenizan las esperas que se han hecho tan frecuentes en nuestras vidas. «Ni pena ni miedo» de Fernando Grande-Marlaska. Debo decir que me ha sorprendido gratamente su lectura -quiero pensar, claro está, que todo lo escrito en esas páginas es cierto y parto de esa premisa. Me ha gustado su forma de expresarse, su manera de enfrentar la vida y la toma de decisiones, me ha encantando tener en común la práctica de la natación, esa disciplina que dice tanto de aquel que la práctica no solo como deporte, sino como forma de poner orden en su vida, como una meditación húmeda donde el medio acuático recoge todo aquello que nos sobra, que nos pesa para seguir con nuestro día a día. Solo siento que ahora sea ministro pues corren malos tiempos para todos pero los políticos…

Hablando de los malos tiempos que estamos pasando, voy a aprovechar por lanzar un sos para todas aquellos que debido a la pandemia no pueden trabajar, otra por aquellos que pueden trabajar y son víctimas de la frustración de los unos y de la avaricia encubierta de los otros, otra por la inversión en investigación, otra para que el código penal se reforme y los encargados de ello bajen a la tierra y dejen de soñar, otra para que todos los supuestos chorizos devuelvan lo que cogieron queriendo o sin darse cuenta y cero sos para todos aquellos que atentan contra la vida de los débiles.
Espero volver pronto, de veras que los extrañé mucho.