REGALOS QUE DA LA VIDA

Hace unos días escuché una confesión no propia pero tampoco precisamente impropia. Dicha confidencia trataba sobre el síndrome de la desubicación, ese mero que son muchos los que lo padecen y solo unos pocos, de igual manera que los humildes es el reino de los cielos, sienten padecer el mal cuando en realidad, forman parte del paraíso del saber estar, aunque dicho sea de paso, no se trata de una cualidad innata, que sí, puede o podría serlo, pero no vamos a centrarnos en lo fácil, ya que la cotidiniedad suele estar exenta de dicha facultad, y vamos a tomarlo como algo semejante al buen vino, que requiere de tiempo y dedicación.

Y es que yo soy de esos que todavía, en este mundo dominado por las prisas, entre otros dictadores, puedo sentirme afortunada de vivir acontecimientos que me sorprendan, situaciones que me emocionen y seguir conociendo personas por las que sentir admiración, como ocurre con mis amigas las poetisas. Ese lujo que me está concediendo la vida es un regalo, poder compartir con ellas sus momentos de alegoría divina, de manera desinteresada y gratuita por su parte, es uno de los mayores regalos que la vida puede hacerme.

Mi trabajo no siempre, por no decir nunca, me permite mostrar una cara amable o cuanto menos complaciente, realmente, resulta duro interpretar el guión impuesto por una organización que más que nunca, en estos tiempos de crisis conceptual en los que nos encontramos, da palos de ciego, sin sentido, en busca de un norte que bien podría definirse como terno, inexistente, sin sentido, que nos convierte en objeto de críticas sangrantes y en marco de situaciones rocambolescas; cuando a pesar de eso, uno consigue seguir maravillándose ante la vida, uno piensa que si no forma parte de los elegidos, si es partícipe de algunas circunstancias de las que probablemente, alguno de ellos, sintiese una envidia enfermiza al no formar parte de ella.

Tal que podríamos tomar como referente, la presentación del libro de poesía de Rita Muñoz Cervantes, en Salou, en la tarde de hoy. “La flor de mis sentidos”, no es solo el resultado de un conjunto de sinceridades, nacidas del corazón de la artista. Es, ha sido también, una explosión, expresión y exposición de la Rita más Rita, la más íntima y a la vez más espontánea, más sincera, más Ella, como representante de un género, no solamente del poético, sino del humano, ese que muchos parecen haber olvidado.

 

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Acerca de Mechas Poval

Lamari Poval, Escritora salouense nacida en Barcelona. Multifacética en aficiones y destrezas, bloguera desde el año 2006. Aunque el oficio con el cual uno llena su despensa no sea el de escribir, si uno se levanta por la mañana pensando en escribir y es feliz cuando escribe, es escritor. Actualmente expone sus creaciones en "El racó de Mechas", de Mechas Poval y "Con un par" de Lamari Pujol. Publicaciones: UN RELATO PARA OSCAR, 2012, ed. Puntorojo MI HERMANO KEVIN,2013,ed.Vivelibro CUANDO LA MARACA SUENA,2014,ed,Amazon kindle CRÍMENES DE ASFALTO, TIERRA Y MAR, 2019, ed Vivelibro
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2 respuestas a REGALOS QUE DA LA VIDA

  1. a diario la vida nos regala y se regala con nosotros que hasta se nos hace rutinario y creemos no estar en lugar indicado, y nos cuesta sonreír….

    no se quien seas en la foto, pero la que seas estas sonriendo

    abrazos querida

    • Mechas Poval dijo:

      Supongo que todas sonreimos porque en ese momento respirábamos felicidad.
      Todas escribimos y todas estamos en un proyecto conjunto, a nivel local, que espero llegue a buen término.
      Un abrazo

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