Una y otra vez no ceso en el intenta de soñar que mañana cuando se levante, será lunes diecinueve de enero y que toda esta semana que ya pasó, en realidad no lo hizo.
Necesita creer que hoy es dieciocho de enero y que a su alrededor no ha ocurrido nada que perturbe su existencia. Tiene que aferrarse con una fuerza sobrenatural a esa idea para ingresar en el sueño, para conseguir borrar esa semana nefasta no solo de la memoria de todos sino también de su corazón -o por lo menos del lugar que éste debería ocupar en esta maltrecha y desvirtuada caja torácica que le tocó en la rifa.
Lo cierto que desde hace unos días una opresión en forma de desgarro se ha acomodado por esa zona y apenas deja pasar el aire. Tiene la sensación de que un aire viciado a causa de la hipoventilación está provocando un deterioro de sus tejidos a velocidades meteóricas. Tiran y tiran y le producen un dolor que es incapaz de exteriorizar, pero que a pesar de ello está ahí, existe, y no le deja continuar. Y pese a la desgracia, se sabe afortunado porque siente y egoísta, porque se para a pensar en este trago que para él no es nada porque no es nadie.
Le duele, la pérdida, la asume pero no es capaz de gestionarla. Le intimada la actitud de sus congéneres más próximos, inmersos en esa continua sed de rumor dañino, mortífero, en ese afán gratuito del vulgo en hacer rodar las palabras al precio que sea, sin sentido o con él, desafiando el bienestar e incluso la salud, de las dianas de sus dardos envenenados de manera falaz e impune mientras unos sufren y otros tan siquiera, pueden ya hacerlo.
Va por ti, Sal.
No hago más que llegar a tu «Racó de Mechas» y me quedo increiblemente sorprendido con la lectura de la primera entrada que encuentro. (Tendrías que ver la reacción de mi piel)
Esta «regresión imperiosa» ha sido mía mucho tiempo. Todo ese dolor, esa pérdida, esa incapacidad… aún perduran; como perdura la misma dañina sed, idénticos dardos envenenados y sufrimientos parecidos.
¡Increible!
Un abrazo y un beso
Muchas gracias por entrar en mi rincón. Me alegro de tu sorpresa.
Un abrazo
triste, intenso, el desencuentro es casi una necesidad.
abrazos querida
una ley natural, impuesta,
un abrazo
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