Desde diciembre que los ochenta son míos, como decía mi hija la mayor cuando era joven allá por los años ochenta.

Hace unos días que me “inocularon” la primera dosis, como dice la tele.  Mis hermanos y hermanas mayores -los que todavía viven, claro está- ya están vacunados del todo desde hace meses y continúan saliendo lo justo para evitar contagios a pesar de la vacuna.  Una de mis hermanas, la que vive en una residencia de esas que tuvieron muchos brotes, fue la primera en pasar por la aguja y estaba muy contenta, aunque yo no entiendo su contentura porque las cuidadoras no las dejan ir a la calle desde que empezó la pandemia.

Y yo, que quizá por ser la más chica soy también la más rebelde, me pregunto mientras entre cabezada y cabezada sentada en mi sillón, viendo el Sálvame, ¿porqué nos han vacunado a los viejos primero si la mayoría no salimos a la calle y obligados no estamos? ¿porqué no han empezado a vacunar a los chicuelos, esos que tienen las hormonar fuera de control y que pasan el virus sin enterarse mientras infectan a sus abuelos y se mueren?  ¿Por qué no han vacunado a todos los que cada día tienen que salirse a ganar un jornal para mantener su casa? ¿porqué no han vacunado a los entrenadores deportivos si el deporte es fuente de salud?

El mundo está un poco raro, se están muriendo muchos jóvenes del virus, mientras que a los que nos toca irnos yendo nos vacunan primero.  No me digan que no entiendo porque soy vieja o porque veo la tele que veo. 

En mis ochenta años de vida he visto incongruencias de todos los colores, y en todos los tiempos desde el mismo día en que mi padre fue a inscribirme en el juzgado de mi pueblo.  Más o menos, la cosa fue así:

-Buenos días oficial

-Buenos días, usted dirá

-Pues vengo a registrar a mi Fali, que nació ayer 8 y tenemos que irnos al cortijo sin demorar.

-Pues nacería el día 7, digo yo.

-No señor, mi Fali nació el día 8 bien temprano y a la nada, mi Antonia estaba levantada preparando, ya le he dicho que en el cortijo nos esperan ya.

-¡Venga ya, que tu niña va haber nacido el día de la Virgen!  ¡Todos queréis que vuestros hijos nazcan el día de la Virgen!  Tu hija nació el 7, o el 6, o hace quince días, pero el 8 no.

Y ahí quedó eso, oficialmente nací el día 7, cuando en realidad lo hice el día 8, el día de la Inmaculada Concepción. ¡Bastante le importaría a mi padre! Que no era hombre más que de campo y taberna

Ese mismo oficial de juzgado, un año antes, había inscrito a un aborto que tuvo mi madre como nacida y fallecida a los tres días, cuando fue nacida muerta, pero también coincidió con la Virgen y no podía ser eso, según él.

Y como no hay dos sin tres, les explicaré la última que supimos del oficial de juzgado: Me casé el día 7 de diciembre, años más tarde, claro está, en esa fecha lo hice por el juzgado y por la iglesia me casé el día nueve.

Cuando murió mi esposo y me pidieron papeles para la paga y esas cosas, resultó que el mismo hombre, había puesto que quien se había casado con mi marido, era mi hermana la soltera, la que vive en la residencia.  Menos más que estaba la firma de la iglesia, los hijos y toda la familia y se pudieron arreglar los papeles ¡Cuarenta años después! Y con mi esposo ya muerto.

Todo esto nada más para poner anécdota, que ya soy mayor y me lío un poco.  Les dejo hasta otro rato, que voy a cuidar a mi nieto que está con fiebre, y mientras, como a él no le gusta el Sálvame, me echo con el móvil unas partidillas con el Candy Crush.  Cuídense mucho amigos.